Se acabó el evento.

Misa solemne a las 11 horas en la basílica de Santa Teresa. Se mantiene la misa diaria a las 16 horas.
ascension

Fuente CEF Liturgia Católica

40 días después de haber resucitado, Cristo ascendió al cielo delante de sus Apóstoles, de ahí el término “Ascensión”. En latín, ascensio “acción de subir” proviene del verbo ascendere (ad-scandere) “subir hacia”. La Ascensión del Señor es la solemnidad que se celebra el jueves, cuadragésimo día después de Pascua.

Desde la Resurrección, la humanidad de Jesús queda enteramente revestida de la Gloria del Padre; pero el Cristo glorioso “permanece” cerca de los suyos para fortalecer su fe, gracias a las manifestaciones con las que los favorece. Los cuarenta días (Hch 1) que prolongan la vida terrena de Jesús están vinculados al simbolismo de la cuarentena, período de tiempo propicio a las grandes experiencias de Dios (cf. Ex 3; 24 Reyes 18; Mt. 1).

Al final de este período, Jesús “asciende” al cielo para vivir con el Padre, sentado a la diestra de Dios. El misterio de la Ascensión representa las primicias de la entrada de todos los cristianos en la Gloria.

“Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros al cielo, vendrá de la misma manera como le viste ir al cielo. (Hechos de los Apóstoles 1, 11).

Los días festivos posteriores a la Ascensión hasta el sábado anterior a Pentecostés inclusive son una preparación para la venida del Espíritu Santo.

No. Misal dominical

La Ascensión de Cristo está íntimamente ligada a su resurrección, como destacan los evangelios de San Marcos (año B) y San Lucas (año C). Sin limitarse a la cronología de los hechos, tienen cuidado de vincular el regreso de Jesús a su Padre con el acontecimiento pascual, presentando la resurrección y la ascensión como un único movimiento que lleva al Señor a la gloria.

Pero, más que un acontecimiento, la solemnidad de la Ascensión celebra un misterio, el de la realización de la Pascua en el Cuerpo total de Cristo, cabeza y miembros. En este día, Cristo “Llevó nuestra naturaleza con su debilidad a la gloria de Dios” (Canon romano), es “ascendió al cielo para hacernos partícipes de su divinidad” (Pr 2). La liturgia no deja de repetirlo en términos que expresan alegría y acción de gracias (P 1), humildad y deseo del cielo (P 2, 3).